NO GUARDO
SILENCIOS
Pero el
silencio, digo, no significa siempre amenaza, sino también tranquilidad,
reflexión, armonía. La meditación, la contemplación mística y la vida monástica
siempre se consideraron como formas edificantes de silencio.
¡Qué gran actualidad tienen estas palabras
dichas y escritas a mediados del siglo pasado!
Pero ya sabemos que hoy el hombre no es muy
dado a la lectura. Y menos a la reflexión profunda en conexión con la vida y su
sentido.
Por ello una vez más agradezco tu precioso
servicio literario o el muy útil comentario informativo. Había otra palabra a
comentar.
La dejo para un próximo comentario si no te
importa. Recibe con todo mi afecto un abrazo.
El amor
Sobre este tema: “El silencio no es hijo del deber, sino del
amor; el silencio es una obra de amor”
El amor no siempre nos enriquece, el amor lo primero que hace es
empobrecernos, lo entregamos todo. Todo ha de ser ofrecido y entregado.
Lo primero que hacía antiguamente el ama de casa era despertarse y
encender el fuego.
Encender la lumbre: era un arte. Luego, durante el día era sólo
mantenerlo.
En la mañana encender la conciencia de saberse amado. Después durante
el día es fácil mantener encendido el fuego del amor
Nosotros, en nuestra ignorancia, cosas, promesas, pero en realidad la
ofrenda que podemos hacer es la ofrenda de nuestro corazón, la ofrenda de
nuestro ser interior